El autoaprendizaje es la habilidad que tenemos las personas autónomas para adquirir conocimientos al observar, experimentar e investigar por cuenta propia.
¿Por qué se descompone nuestra capacidad de autoaprendizaje?
Los sistemas autocráticos, en los que quienes ostentan el poder buscan controlar los caminos, destinos y deseos de las personas, tienden a inhibir la capacidad de automotivación que nos impulsa y entusiasma para aprender aquello que nos es útil e interesante.
Además el uso de estrategias didácticas basadas en premios y castigos genera, de un lado, la necesidad de aprobación externa, del otro, el temor a la reprobación de otras personas si no cumplimos con lo que nos solicitan. Ambos condicionamientos reprimen nuestra capacidad de autocontrol, descomponen nuestro albedrío y estropean nuestra capacidad de autoaprendizaje.
Los premios y los castigos son igual de dañinos para nuestra capacidad de evaluar, decidir o aprender por cuenta propia.
Por el otro lado está el paternalismo o el permisivismo. La falta de límites y consecuencias lógicas evitan que las personas aprendamos a esforzarnos, a fortalecer nuestra voluntad y a ser capaces de adquirir compromisos personales.
La apatía, el aburrimiento y la falta de sentido de vida no son buenos compañeros del autoaprendizaje. Dice Robert Spaemann que a quien nada quiere no se le puede plantear ninguna exigencia. Supongo que mucho menos se puede esperar que puedan vincularse con el aprendizaje que implica, necesariamente, la autoexigencia.
Las personas educadas en libertad son capaces de rechazar las respuestas preconcebidas o impuestas por un sistema, o aceptarlas. No desafían las verdades dadas por ser oposicionistas, la retan porque saben que puede haber otras respuestas que pueden ser mejores. Sin embargo, a los sistemas autocráticos no les gustan, porque amenazan su supremacía.
Para educar en libertad es preciso atender la totalidad de las personas: su inteligencia cognitiva, emocional y sensorial, su voluntad, su sentido de identidad y de trascendencia.
¿Cómo se propicia el autoaprendizaje?
La curiosidad, el asombro y el placer de aprender son cualidades innatas y naturales que se desarrollan mejor en ambientes flexibles que fomentan la autogestión, la cooperación y la interacción con el entorno.
El autoaprendizaje se impulsa al promover la autonomía, se activa al encontrar los temas que nos apasionan y se potencia a través de habilidades prácticas.
Margaret Meade solía decir que los niños tienen que ser enseñados sobre cómo pensar, no qué pensar. Me parece que si aprendimos qué pensar y no cómo pensar, tenemos que desaprender para fortalecer nuestra capacidad de autoaprendizaje.
Aprovecha diferentes fórmulas de aprender y percibir la realidad incorporado actividades lúdicas y placenteras que nos lleven a experimentar, descubrir y compartir nuestros conocimientos, aporta sentido a nuestro aprendizaje.
Las personas que desean crecer y trabajar en su desarrollo personal, suelen valorarse a sí mismas, se consideran competentes y capaces, tienen intereses personales, entusiasmo y aspiraciones de crecer, así que suelen ser autodidactas diligentes y tenaces.
Enseñar a aprender con autonomía es lograr catalizar el aprendizaje y promover la curiosidad, es aprender con quienes aprenden en lugar de ser un simple transmisor de información que cree saberlo todo incluyendo lo que vale o no la pena que aprendan las demás personas.
Apoyar el autoaprendizaje es ayudar a quienes aprendemos a salir del molde, no a meternos en moldes; a ser capaces de decidir nuestro propio proyecto de vida; a ser capaces de adherirnos a unos valores y también cuestionarlos; a ser capaces de adquirir compromisos y aceptar la responsabilidad de nuestras decisiones. En resumen, a tener las riendas de nuestro aprendizaje y por tato de nuestra vida, ¿o viceversa?
Explora el artículo aprender a desaprender: la clave de aprender y prepárate para encontrar cambios en tu estilo de aprender y enseñar.
Diez iniciativas para impulsar tu autoaprendizaje
1. Decide con libertad y autonomía qué querrías saber para hacer lo que quieres hacer, lograr lo que quieres lograr y ser quien quieres ser.
2. Encuentra los temas de tu interés en espacios flexibles y seductores para ti.
3. Busca y comparte preguntas que amplíen tus horizontes en tus redes sociales o foros de reflexión.
4. Organiza tus tiempos para gestionar tu aprendizaje en un lugar cómodo y disfrutable.
5. Aprovecha todos los recursos y materiales didácticos disponibles en el mundo físico y virtual.
6. Abre una sección en un cuaderno o una carpeta en tu computador o teléfono para anotar y archivar tus observaciones y ejercicios.
7. Evalúa tu aprendizaje y observa con atención qué te funciona mejor para aprender.
8. Interactúa con otras personas para reflexionar sobre los temas que estás aprendiendo a través de foros y comunidades virtuales o presenciales.
9. Sensibilízate utilizando artefactos figurativos que te ayuden a conectarte con tu pensamiento lateral y material lúdico que rete tu inteligencia.
10. Aprovecha las tecnologías de información y comunicación que pueden ser grandes aliadas en la búsqueda de información y el intercambio de conocimientos.
¡Disfruta tu aprendizaje!
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