Los talleres participativos con valor comunitario promuevan el aprendizaje colectivo e individual a la vez que generan información valiosa y espacios de trabajo que facilitan la toma de decisiones y potencian participación corresponsable de las personas que participan en proyectos de desarrollo comunitario.
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Toggle¿Qué entendemos como proceso participativo?
Participar significa tomar parte y ser parte, vivir los procesos apropiándonos del proceso, es aprender y tomar decisiones conjuntas para transformar la realidad. Participar es compartir experiencias y puntos de vista para buscar soluciones en conjunto.
Un proceso participativo activa de manera equitativa a todas las personas que participan, valorando todos sus puntos de vista, establece mecanismos para llegar a consensos o negociar de la mejor manera los asuntos en que no se está de acuerdo, de manera que cada quien quiera y pueda aportar en las discusiones y en la tomar de decisiones.
Para fortalecer un proceso participativo se requiere apertura creativa y visión crítica que aporte en el análisis de la realidad, la construcción de conocimientos y la tomar de decisiones desde distintos puntos de vista, incorporando y mezclando experiencias previas, nuevas ideas y posibilidades.
Los talleres participativos son sesiones proyectadas para promover la apropiación de conocimientos y la participación de diferentes personas que pueden tener perfiles más o menos homogéneos.
Recuerden que incluir no es dejar entrar, sino dar la bienvenida y en el caso de los talleres participativos, propiciar que cada persona aporte al aprendizaje del grupo y de quienes lo conforman.
Aprende nuevas técnicas y fórmulas
Te recomiendo el curso de sobre herramientas colaborativas para el cambio donde exploramos distintas fórmulas para fortalecer tus habilidades, conocimientos y actitudes para gestionar talleres y actividades de colaboración en tu organización y territorio.
¿Para qué llevar a cabo talleres participativos?
Los talleres participativos facilitan la apropiación de conocimientos y toma de decisiones colectivas, la generación de consensos y el encuadre de los proyectos y organizaciones en una atmósfera de negociación informada, que motiva la apropiación de conceptos, metodologías, actitudes y actuaciones necesarias para el desarrollo local.
Durante las sesiones se utilizan fórmulas y materiales didácticos y lúdicos que facilitan la integración horizontal de los actores y estimulan tanto la reflexión crítica como la comprensión emocional y sensorial de los temas planteados, para lograr que los resultados de las sesiones sean significativas y funcionales.
Como todas las metodologías, los talleres participativos tienen ventajas y desventajas. Analiza si es la fórmula correcta para lo que quieres lograr.
Ventajas de los talleres participativos
Entre las principales ventajas de llevar a cabo talleres participativos se encuentran las siguientes:
- Crean una atmósfera de negociación informada y permiten deliberar, negociar y generar acuerdos para encuadrar los proyectos y tomar de decisiones en consenso.
- Facilitan que cada participante contemple e intervenga en el proceso, se sepa beneficiaria del conocimiento y corresponsable de los acuerdos a los que se llegue.
- Motivan el conocimiento y la apropiación de conceptos, metodologías, actitudes y actuaciones necesarias para implementar los proyectos.
- Generan habilidades para manejar herramientas de planeación, gestión y evaluación compartidas.
- Aumentan la posibilidad de reconocer necesidades, recursos y metas comunes para establecer asociaciones y redes sólidas que tengan el potencial de promover el debate, la negociación y la creación de propuestas mutuamente aceptables sobre cómo debería desarrollarse la organización o proyecto.
- Permiten conocer las ideas y percepciones de cada participante de manera directa.
Desventajas de los talleres participativos
Entre las principales desventajas de llevar a cabo talleres participativos se encuentran las siguientes:
- Exigen una mejor planeación, pues su desarrollo implica una secuencia preestablecida combinada con las reacciones y necesidades de los grupos.
- Requieren más tiempo y recursos didácticos que una exposición simple.
- Necesitan la participación de facilitadores experimentados, flexibles, no automatizados, que puedan generar una ambiente participativo, adaptarse y transformar los retos y brechas que encuentren el grupo en oportunidades de aprendizaje y concertación.
- Los resultados son menos predecibles, pues no solo dependen de una persona o institución, sino del grupo en su conjunto.
- Reclaman la actitud activa de quienes participan lo que hace necesario transformar a los alumnos pasivos, acostumbrados a recibir órdenes e información, en participantes propositivos y a la vez comprometidos con las reglas del juego.
- Es fácil que quienes participan crean que pueden saltarse el análisis técnico para tomar decisiones y piensen que son dueños de la verdad.
Consideraciones para diseñar un taller participativo
Algunos de los factores que determinarán la pertinencia de las estrategias lúdicas y didácticas de cada sesión son:
Objetivos
Del proyecto o la organización promotora, de cada grupo y de cada participante
Participantes
Número, perfil, compromiso, nivel de conocimientos y experiencias.
Espacio
Accesibilidad, equipamiento, comodidad, luminosidad, ventilación.
Tiempos
Horas disponibles, compromisos de otras actividades
Didáctica
Creativa, motivadora, significativa.
Material
Lúdico, sensorial, individual, colectivo, de refuerzo.
Alimentos
Ligeros, nutritivos, energéticos, sabrosos, creativos
Evaluación
De aprendizaje, de concertación, de resultados
Seguimiento
Retroalimentación, comunicación, fortalecimiento comunitario.
¿Cuáles pueden ser los objetivos de un taller participativo?
En la medida en que sabemos lo que esperamos lograr, será más fácil conseguirlo. Los talleres participativos pueden servir para:
- Proporcionar información técnica y comprender en conjunto la forma en la que se utilizará en los procesos.
- Tomar decisiones colectivas en un ambiente de negociación informada base en metodologías que faciliten la generación de consensos.
- Encontrar soluciones para un problema específico.
- Propiciar el trabajo en equipo, de quienes participan.
- Alinear propósitos o encontrar brechas en los procesos.
Un proceso participativo implica planear los objetivos con base en lo que requiere programa que buscas desarrollar, teniendo en cuenta tus propias expectativas, además de los deseos, motivaciones y necesidades de las personas que participarán.
Prepárate para ajustar esos objetivos antes y durante las sesiones. Una vez que convocas, el taller deja de ser tuyo para convertirse en nuestro.
¿Cómo seleccionar a quienes participan?
Existen básicamente dos alternativas de selección de participantes y ambas se basan en los objetivos del taller:
En la primera participarán los integrantes de una organización o un proyecto y se conoce previamente quienes estarán convocados.
En la segunda se tiene la oportunidad de seleccionar a quienes participantes dentro de un universo predeterminado, pero no se conocen sus identidades.
Lee un poco más sobre las diferentes técnicas de muestreo y si puedes armar una muestra de conveniencia, pregúntate si te conviene un grupo homogéneo o un grupo mixto y quienes vale la pena que asistan. Por ejemplo:
- Representantes de alguna o algunas instituciones relacionadas con tus objetivos.
- Personas que ostentan un cargo o puesto específico.
- Participantes con algún nivel de especialidad o condición específica
- Integrantes de ciertos grupos de edad, género, étnia, nivel socioeconómico, región de origen o residencia actual.
- Aspectos culturales, sociológicos, médicos, físicos, psicológicos, etcétera.
¿Cómo convocar a los participantes de un taller?
Para mejorar la asistencia es indispensable realizar la convocatoria con anticipación y precisión, comunicando la importancia de cada sesión y confirmar la asistencia con anticipación.
La convocatoria de los participantes en los talleres es determinante para el éxito de las sesiones. Para lograr una participación rica y productiva te recomendamos:
- Establecer con claridad el perfil de las personas que se espera que participen con base en los objetivos que se busca alcanzar con el taller.
- Analizar el momento y el lugar más conveniente para las personas que buscas convocar.
- Encontrar el tiempo disponible de las personas que esperas que participen.
- Comunicar a tiempo el tema, la relevancia del taller y la importancia de la participación de las personas a través de invitaciones personalizadas, redes sociales presenciales y cibernéticas para motivar a las personas a asistir.
- Enviar información de avanzada para hacer más ágil el aprendizaje durante las sesiones.
- Confirmar la asistencia.
¿Dónde llevar a cabo el taller?
Elije un lugar luminoso, ventilado y bien equipado, que sea accesible a todas las personas que requieres convocar, que cuente con espacios para trabajar en equipos, así como para llevar a cabo sesiones plenarias.
¿Qué es para tí un lugar bien equipado?
Todo depende. En Identidad y Desarrollo hemos tallereado bajo un grupo de árboles, sentados en la playa bajo una ramada y en salones con clima artificial, pantalla automática y proyector de alta definición.
Investiga sobre espacios adecuados para pensar y tomar decisiones en cada circunstancia y para cada grupo.
Equipamiento útil aunque no indispensable:
• Pizarrón, pantalla, rotafolios y/o paredes o ventanas que permitan pegar tarjetas adheribles y pliegos de trabajo.
• Sillas cómodas y mesas móviles que permitan acomodar a quienes participanten en diferentes formatos de acuerdo con las diferentes fases de los ejercicios.
Si eres una persona externa a la organización, es muy importante que, de ser posible, quienes participarán en la selección de la sede, se sientan cómodos y no tengan distracciones para impulsar su creatividad y facilitar su aprendizaje.
¿Cómo establecer los tiempos y movimientos?
Establece los tiempos y movimientos de las sesiones en función de los temas, los objetivos y los tiempos disponibles.
Diseña una carta descriptiva con un formato simple, claro y cómodo, que incorpore las herramientas y materiales que utilizarás en cada segmento del taller, que ordene las sesiones sin limitar la flexibilidad al proceso.
Da recesos continuos que inviten a la movilidad para asegurar cerebros frescos y facilitar la interacción informal de quienes participan. Las nuevas metodologías didácticas apuestan por el llamado aprendizaje en el pasillo, que fomentan conversaciones libres fuera del aula o del programa.
Si ofreces comida, cuida que sea ligera y nutritiva.
Evalúa cada sesión, así tendrás retroalimentación y podrás seguir mejorando.
Lee el artículo de Ale Zorrilla doce tips para impartir un taller participativo con impacto y sentido.
Didáctica
Juega. El juego es una capacidad que hemos desarrollado a través de la evolución, nos ha permitido aprender, adaptarnos y comunicarnos.
Los modelos aburridos que nos alejan y nos aíslan están caducos, en cambio los modelos que nos divierten, nos atraen y nos motivan prueban y comprueban cada día sus ventajas en todos los ámbitos de relación.
En la sección de recursos para la creatividad y el aprendizaje encontrarás diversas fórmulas para jugar en grupo, que e general utilizan las siguientes técnicas didácticas y de concertación
7 formulas para incorporar en un taller participativo
- Definición de objetivos colectivos
- Exposiciones de información metodológica, conceptual y práctica
- Ejercicios para practicar
- Dinámicas participativas
- Material didáctico de apoyo
- ¿Qué hay para comer?
- Evaluación de resultados
- Estrategias de seguimiento
1. Definición de objetivos colectivos
El planteamiento de los objetivos colectivos permite a los participantes reconocer sus expectativas, identificar consensos y diferencias. Además es una fórmula para ayudar a las personas a dialogar y acotar sus necesidades, sus deseos y sus perspectivas.
Consulta el ejercicio Deseos y expectativas de un taller con sentido.
2. Exposiciones de información conceptual, metodológica y práctica
Las exposiciones de información conceptual, metodológica y práctica apoyadas con material visual de alto impacto, cuestionan paradigmas y permiten la intervención continua de los participantes, promoviendo la aparición de dudas que incentiven el pensamiento crítico y la participación respetuosa de las personas.
Lo más importante para una buena exposición es ser genuino, creer en lo que dices y que tus palabras sean congruentes con tus creencias y tu lenguaje corporal.
3. Ejercicios para practicar
Los ejercicios prácticos diseñados para facilitar el aprendizaje y la aplicación práctica de lo aprendido de acuerdo con la experiencia y las necesidades de cada grupo.
El gran reto de los ejercicios es que representen un reto interesante y divertido para quienes participan en ellos y sean útiles par el aprendizaje del tema en cuestión.
Consulta los ejercicios de Campus idyd
4. Dinámicas participativas
Las dinámicas participativas fomentan la integración, facilitan el análisis de los recursos individuales y colectivos, y promueven llegar a acuerdos productivos para todos y cada uno de los participantes.
Jugar es una forma natural de aprender. Nuestra mente está programada para identificar patrones, asimilarlos y hacerlos nuestros durante el juego. Jugar en comunidad nos hace comunidad.
Consulta el artículo sobre dinámicas individuales y comunitarias para un taller participativo.
5. Material didáctico
El uso de material didáctico en talleres participativos tiene varios beneficios como facilitar el proceso de aprendizaje, promover una mayor participación e interacción de los asistentes y adaptar los conocimientos a los requerimientos prácticos y específicos de cada participante.
Podemos preparar los materiales didácticos, usando lo que tengamos a la mano y adaptarlos a nuestros recursos y posibilidades, pues no hay límites para innovar y adaptarnos a las circunstancias cuando ponemos en marcha nuestra creatividad.
En la medida de lo posible, utilicemos materiales reciclados y amigables con el ambiente, así como colores y texturas para estimular la creatividad y el aprendizaje de la y los participantes.
6. La comida
La posibilidad de comer en comunidad como parte de un taller es un evento que vale la pena aprovechar. Comer juntos va más allá de lo que comemos. Genera sentido de pertenencia, seguridad, colaboración y vínculos sólidos entre los comensales.
Procura que en cada taller haya por lo menos un refrigerio compartido. Puede estar patrocinado, puedes incorporar a la invitación un llamado para que las personas que participarán lleven algo para compartir, u organizar con un vendedor local para que se acerque a una hora determinada.
Procura no utilizar desechables y si no puedes evitarlo, asegura que sean biodegradables. Invita a las personas a usar sus propios termos o recipientes.
Tipo de alimentos ideales
Contempla alimentos que ayuden a mejorar las capacidades cognitivas de las personas, que les mantengan activas y concentradas.
No tienes que ser un nutriólogo especialista para armar el menú de un taller, solo evita las comidas pesadas y prefiere comidas creativas, locales, ligeras y equilibradas.
Consulta espacios de nutriólogía. Vale la pena que sepas el efecto de la comida en el aprendizaje. Por ejemplo:
- El fósforo mejora la memoria y el funcionamiento neuruonal. Se encuentra en frutos como banana, aguacate, tomate, frutos secos, quesos, pescados y arroz .
- El hierro mejora la concentración y evita la anemia. Se encuentra en legumbres y cereales.
- La glucosa nos da energía intelectual y se encuentra en lácteos, fruta y panes.
- El yodo favorece la actividad neuronal. Se encuentra en yogures, lácteos, pescados y mariscos.
- El zinc mejora la memoria, potencia las funciones motoras, cognitivas y psicosociales y se encuentra en crustáceos, cordero, chocolate y verduras como remolacha, lechuga, espinaca y zanahoria.
- Las vitaminas de complejo B mejoran el funcionamiento del sistema nervioso, previenen trastornos neurológicos, mejoran la concentración y evitan la ansiedad. Encuentras B1 en el riñón, pollo, papa y avena; B2 en la leche, espinaca, zanahoria y miel; B3 el trigo, arroz, pescado e hígado; B6 en yogures, queso, leche y vegetales verdes; B12 en bacalao, frutas y verduras.
7. Evaluación de resultados
Evaluar nos permite encontrar elementos para mejorar. Para evaluar un proceso participativo existen diversas herramientas, pero siempre implican un componente de autoevaluación y uno de coevaluación.
En ambos casos, uno de los objetivos es aprender para mejorar las propias condiciones de otros talleres y procesos participativos, el otro provocar la reflexión personal. A veces durante el proceso de evaluación, los participantes encuentran nuevas ideas y soluciones, tanto relacionados con los objetivos específicos del taller, como con otras inquietudes que mejoren su capacidad de aprender, de ser, de hacer y vivir en comunidad.
Puedes utilizar preguntas detonadoras como:
- ¿Para qué serán útiles los conocimientos, habilidades y actitudes aprendidas durante cada sesión?
- ¿Qué fué lo que más les gustó a los participantes?
- ¿Qué no les gustó?
- ¿Con ganas de qué se quedan?
Estrategias de seguimiento
Cierra el taller con al menos un compromiso de seguimiento que asegure que lo que sucedió durante las sesiones va a ser útil, va a motivar la acción y fortalecer el sentido de logro de las personas participantes.
El logro es el alimento del éxito.
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