En este vídeo de introducción al turismo en red y sistema de manejo de visitantes, quiero compartir con ustedes la presentación que realicé en el año 2018 durante el Foro de Nacional de Turismo, un evento que se ha consolidado como uno de los puntos de encuentro más importantes para el análisis y el debate del sector turístico en México, donde muchos aprendices y especialistas nos hemos reunido durante muchos años para buscar fórmulas que nos ayuden a mejorar la manera en que hacemos turismo en el país y desde el país.
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Agradezco a Fernando Martí y su equipo, a Tere Solís y a Alex Nava por invitarmr a realizar este ejercicio de reflexión, que me obligó a exponer en quince minutos lo que me tomado aprender unos cincuenta años.
Convoco al maestro Manuel Rodríguez, que me enseñó a pensar en redes.
Le dedico una sonrisa abierta al equipo de identidad y desarrollo que me ayudó revisar y editar la presentación.
Allá voy..
El sistema dinámico del turismo
El turismo está inmerso en un complejo sistema dinámico en el que interactúan componentes físicos, geográficos y biológicos, pero también económicos, culturales, emocionales y tecnológicos, que se afectan y se modifican unos a otros.
Es un hecho que hoy el quehacer turístico modela y determina muchos factores del entorno en que sucede.
También es cierto que el medio ambiente global, regional, nacional y local, modela y determina la forma en que funciona la actividad turística en mundo, en las regiones, en los países y en las localidades en que se lleva a cabo.
Las disciplinas que en el pasado buscaron un consenso particular de los saberes nos llevaron a cuadricular la concepción de la riqueza y el bienestar, a encasillar el potencial del destino y a estudiar la experiencia turística a partir de un conjunto de categorías estructuradas rígidamente en modelos, teorías y paradigmas estáticos.
Hoy la inflexibilidad se cuestiona en todos los ámbitos del conocimiento y hablamos con soltura de resiliencia, plasticidad, renovación, innovación y relatividad.
El desafío al que nos enfrentamos en el turismo, como en otros sectores y disciplinas, es abordar la complejidad, la fluidez, la diversidad y la velocidad de cambio, que actualmente reconocemos como cualidades esenciales del funcionamiento del ambiente que nos define y nos incluye.
En este contexto no sólo tenemos que ser capaces de explorar nuevos paradigmas, sino ir más allá, construir nuevas y diversas formas de cartografiar, es decir: nuevas figuras de pensar.
Esto implica diseñar formas de conceptualizar, de percibir, de medir, de incluir y de dar sentido a lo que hacemos con el turismo y con los turistas.
Turismo y pensamiento en red
Pensar en redes nos permite navegar mejor en territorios móviles y espacios multidimensionales, nos provee una estética de pensamiento que nos facilita ordenar la complejidad, armonizar con el devenir transformador de nuestro entorno e incidir en él desde la multidimensionalidad del turismo.
En los últimos años hemos aprendido a utilizar la metáfora de la red en nuestro lenguaje cotidiano.
Hablamos de redes carreteras, de redes biológicas, de redes tecnológicas, de redes neuronales, de redes de conocimientos, de redes sociales, de redes virtuales, de redes universales…
Sabemos que las redes se conforman por nodos, que son puntos de confluencia o convergencia… que se vinculan a través de enlaces, que son los caminos que conectan a esos nodos…
Los nodos dependen de los enlaces y los enlaces solo tienen sentido en tanto conectan a los nodos… eso se puede llamar codependencia o interdependencia… todo depende…
De cualquier modo las redes son flexibles… son capaces de albergar múltiples sistemas que se integran en un sistema, de presentarnos diversos caminos que permiten los intercambios entre unos, algunos o todos.
Como éste ejercicio se trata de imaginar para innovar, imaginemos que si la Internet se llama red de redes por su capacidad para interconectar el conjunto de sistemas informáticos en el ciberespacio.
El turismo es una red de redes que interconecta a las localidades en el ámbito territorial y a las personas en el ámbito local.
Pensemos con apertura.
Imaginemos que cualquier localidad que puede ser visitada en un momento dado, por algunos o por miles de los millones de viajeros nacionales o internacionales que recorren el mundo, puede ser entendida como un nodo, pues funciona como un nodo.
Cada localidad es un sistema multidimensional y dinámico, no importa el tamaño que tenga, la duración de su existencia
Una localidad puede ser un núcleo pequeño de población o una conurbación de varias localidades en una zona metropolitana, incluso estar en un entorno despoblado, pero por definición las localidades son unidades territoriales que tienen un nombre que les da una identidad propia.
En el mapa del INEGI podemos percibir que las localidades de México no son puntos aislados, sino un continuo que va desde las grandes aglomeraciones a los pequeños agrupamientos.
Los expertos en desarrollo territorial nos advierten que la división entre localidades urbanas y rurales no es objetiva, es necesariamente arbitraria.
Así la concepción de lo que es destino turístico también difiere según las consideraciones arbitrarias de quienes pretendemos calificar y clasificar su potencial turístico.
Aquí quiero subrayar que los visitantes nacionales siguen siendo un avasallador porcentaje de los destinos que medimos, y si midiéramos los que no medimos, el turismo interno seguiría contando mucho más de lo que reconocemos.
Pero ese es otro tema…
Llamamos destino a un pueblo mágico, a un paraíso indígena, a una ciudad patrimonio, a un áreas natural o una regiones en la que interactúan varias localidades y áreas naturales como el cañón del Cobre, el mar de Cortés, el Mundo Maya, la Riviera Maya, la Ruta del Tequila o el pueblo de Tequila.
Cualquier espacio que puede ser visitado es un destino desde la perspectiva del viajero que la visita, los destinos son sistemas en sí mismos y forman parte del sistema turístico cuando son visitados. Esto es uno de los principios del turismo en red.
Entendamos que cada unidad territorial que tiene un nombre que le provee de una identidad propia es un sistema en sí misma, puede funcionar como un nodo multidimensional y dinámico.
No importa el tamaño que tengan, la duración de su existencia o su nivel de desarrollo, son sistemas en sí mismas y forman parte del sistema turístico siempre que sean sean visitadas.
Sistema de manejo de visitantes en el turismo en red
El Sistema de Manejo de Visitantes idyd parte de la base de que la competitividad, la capacidad de carga y el potencial de desarrollo de cada localidad dependen de sus atributos diferenciadores.
Pero como el potencial vive en el futuro y en el futuro todo es posible, supongamos que cualquier lugar que puede ser visitado es un destino desde la perspectiva del viajero que la visita.
Pensemos con apertura e imaginemos que cualquier localidad que puede ser visitada en un momento dado por alguno o por miles de los millones de viajeros nacionales e internacionales que recorren México es un destino turístico.
Las localidades se distinguen fácilmente por su tamaño, aunque algunas crecen tan rápido que cambian de rango cada año…
…o por la combinación de las modalidades de la actividad humana que ahí se llevan a cabo…
…También por las características físicas, geográficas, bióticas o climáticas que determinan la fragilidad de los ecosistemas…
…y por su la accesibilidad y vinculación con otras localidades.
Se distinguen por la presencia y el nivel de desarrollo de infraestructuras y servicios turísticos, culturales, ambientales, públicos, privados y sociales que facilitan la vinculación física, perceptual y comercial de quienes viajan, invierten, operan y promueven el turismo.
Y definitivamente se distinguen por las condiciones y particularidades del patrimonio tangible e intangible, que por cierto hoy no se consideran dos tipologías de patrimonio, sino dos caras de la misma moneda.
Las localidades turísticas se diferencian también por el perfil y el comportamiento de los visitantes que llegan a ellas en diferentes momentos, con diferentes actitudes, con diferentes intereses y con diferentes intenciones.
Los turistas como parte del sistema turístico
Los turistas también son parte del sistema. Son un elemento diferenciador y dinamizador del entorno, son quienes al elegir una localidad la convierten en destino.
Son un flujo que mueve e influye en el carácter local y son un elemento activo que tenemos que aprender a manejar y aprovechar para impulsar el desarrollo dinámico e interconectado de las localidades de México. No sólo se trata de atraerlos, sino saber qué hacer con ellos cuando los tenemos en casa.
Y los turistas no solo viajan en el espacio, sino en el tiempo.
Los momentos de viaje
Una experiencia turística se conforma de tres etapas o momentos:
Antes del viaje el viajero se informa y se crea una expectativa sobre lo que va a encontrar. Podemos incidir en él y en su impacto en el desarrollo local desde antes de que llegue.
Durante el viaje el viajero actúa, compara y evalúa su experiencia. Aquí queremos controlar su impacto en la localidad, así como su satisfacción.
Después del viaje el viajero recuerda y difunde su experiencia. Ahora queremos medir y aprender sobre su impacto en las localidades.
Desde esta compleja perspectiva, pretender establecer un modelo rígido o encontrar una fórmula generalizada para desarrollar el turismo en todas las localidades parece improcedente.
Pero trabajar desde cada localidad de forma particular, considerando las singularidades del espacio-tiempo y su constante dinamismo parece inalcanzable,
a menos de que cada localidad se autogestione…
El turismo como herramienta de desarrollo local
Decimos que el turismo no es un fin en si mismo, sino una herramienta para el desarrollo local.
El Sistema de Manejo de Visitantes tiene como finalidad utilizar conscientemente a los flujos de visitantes como elementos dinamizadores y al turismo como eje articulador de una cultura sistémica, participativa, capaz de autoevaluarse, de administrar el cambio y de generar un proceso de mejora continua.
El objetivo superior del sistema no es turístico, sino de desarrollo local y de operación en red.
Lo denominamos un sistema y no un modelo porque no es una plantilla estandarizada, sino la integración de una serie de instrumentos y herramientas que hemos incorporado y probado en campo por más de veinte años para asegurar que nos permitan trabajar desde lo local, en función del contexto y las necesidades particularidades de cada localidad.
El sistema integra seis técnicas de planeación participativa, seis herramientas de gestión y seis argumentos centrales cuya relación no es lineal, ni jerárquica, sino iterativa y, valga la expresión, “en-redada”.
Con ayuda de todas esas herramientas, trabajamos en conjunto con las comunidades locales, fortalecemos las redes sociales, cibernéticas y personales, seleccionamos proyectos insignia, creamos guías interpretativas, recorridos experienciales, sets de indicadores y mapas comunitarios.
Los instrumentos de conducción de los turistas no solo proporcionan información a los visitantes para aumentar su satisfacción y su gasto; están creadas para que los integrantes de las comunidades decidan sobre su destino, aprendan a mapear el espacio y relacionarlo con el tiempo, a interpretar su territorio y a detonar proyectos insignia que fortalezcan el sistema para construir un mejor lugar para vivir y por tanto para visitar. Entre otras cosas les permite ver el turismo en red y no como un fin en si mismo.
Para construirlos utilizamos herramientas colaborativas de investigación, planificación y aprendizaje como la creación de grupos de activación, talleres de encuadre, conversaciones con propósito, simulacros y simulaciones, investigación participativa y diseño de indicadores de sustentabilidad.
Estas técnicas favorecen la comunicación, el aprendizaje y la colaboración de las personas que intervienen en el proceso de desarrollo del sistema y facilitan la cocreación y apropiación de nuevos conceptos, actitudes y actuaciones que vengan al caso en cada localidad.
El pretexto de todo son los visitantes, pues hemos encontrado que ellos son el amigo o el enemigo común.
Lo que buscamos es que cada comunidad se haga cargo de ellos para que gasten más, para que tengan experiencias significativas, para que recomienden el destino, para minimizar sus impactos negativos pero además, para promover que, desde el ámbito local, los pobladores se vayan haciendo cargo de planear su destino en el sentido más amplio de la palabra.
La finalidad del Sistema de Manejo de Visitantes no es solo pasear turistas que gasten más y se vayan más contentos.
Sino, provocar en las comunidades anfitrionas una cultura sistémica, participativa, capaz de autoevaluarse, de administrar el cambio y generar un proceso de mejora continua, que fortalezca la cultura democrática, el estado de derecho y el desarrollo sostenible de México.
Me atrevo a utilizar estas grandes palabras porque estoy convencida de que el turismo es una herramienta poderosa, y que utilizando su fuerza dinámica de forma adecuada puede contribuir a resolver los grandes retos del país.
Puedes usar, copiar, mejorar, comentar y compartir los contenidos de ésta presentación. Cita tu fuente: Alejandra Zorrilla, Foro Nacional de Turismo, 2018.
¿Crees que trabajar para desarrollar el turismo en red aporta de manera significativa para la sostenibilidad de los destinos?
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Conoce más sobre las herramientas que utilizamos para crear y recrear las condiciones de los destinos y organizaciones con quienes trabajamos en www.identidadydesarrollo.com.
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