Una buena práctica como recurso para la acción

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Hace algunos años se desarrolló en el estado de Morelos un proyecto denominado Ingenios Culturales, en el cual nos invitaron a realizar el diagnóstico y la evaluación de sus resultados. El proyecto estableció como objetivo impulsar un Plan de Acción Integral para generar la participación de la sociedad civil y el Estado, así como la puesta en marcha de políticas de prevención enfocadas al Desarrollo Personal. Se establecieron 5 estrategias de cambio: Plan de Actuación Local, Coordenadas Digitales de Cultura, Banco de Proyectos Culturales, Intervenciones en el Espacio Público, Red Estatal de Colectivos Culturales.

Una de las características más interesantes del proyecto, fue el lograr la vinculación entre lo cultural, el desarrollo comunitario, la cohesión social y el tema de seguridad, a partir de cuatro vertientes:

  • Diseño de una propuesta pedagógica-artística que involucrara la creatividad como un activo de ciudadanía.
  • Integración de un plan de acción para explorar los espacios públicos y activarlos como centros que transmitan valores culturales, mediante el auto-reconocimiento de habilidades y talentos de los integrantes de la comunidad, así como el aprendizaje de técnicas y herramientas productivas.
  • Atención a niños, jóvenes y mujeres como parte de un programa de focalización de poblaciones vulnerables.
  • Pautas para convertir el espacio público en un lugar ciudadano, dinámico y de relación comunitaria, así como la construcción de Ingenios Culturales Comunitarios donde lo económico y lo creativo; el arte y la artesanía; lo rural y urbano puedan convivir y generar nuevos contextos y representaciones sociales.

El proyecto no sólo inició con el planteamiento de objetivos, estrategias y metodologías; sino estableció de manera prioritaria procesos evaluativos y reflexivos, desde la mirada de un grupo interdisciplinario donde gestores, pedagogos, comunicólogos, internacionalistas, medio ambientalistas, entre otros profesionales, conformaron un equipo de trabajo donde el conocimiento, la reflexión y colaboración eran prioritarios.

Fueron varios los productos y documentos que se realizaron durante 5 años, sin embargo en esta ocasión quisiera compartirles el programa pedagógico operativo, el cual me toco elaborar, con la finalidad de describir los procesos considerados sustantivos para la correcta operación de un proyecto. En su elaboración, se tomaron en cuenta aquellos procedimientos que se implementaron en los espacios públicos donde se operó y que tuvieron una validez y viabilidad con la comunidad y el trabajo territorial.

La presente metodología es sólo un ejemplo del tipo de información y documentación que se puede generar, al momento de plantearse el desarrollo de una iniciativa cultural; sea ésta pensada a nivel local, regional, estatal, nacional e internacional.

Lo que me gustaría resaltar, es cómo una idea se estructura en un proyecto con elementos mínimos indispensables, que se van ajustando de acuerdo a los aciertos y las fallas detectadas en cada etapa. El proceso de operación, se convierte en sí mismo en un tiempo de valoración para delinear acciones de mejora que permitan solucionar inconsistencias, pero sobre todo plantear retos y metas a futuro que lleven a la conversión del proyecto en una buena práctica o práctica exitosa.

El objetivo es proyectar un ordenamiento lógico de los pasos necesarios a seguir para concretar de la manera más eficaz posible determinados objetivos. Recordemos que el proyecto no es un fin en sí mismo, es un instrumento que nos aproxima a la construcción de buenas prácticas, pero que no nos puede asegurar que lograremos el éxito, al menos que nuestros resultados se vayan registrando, consolidando y mejorando en el tiempo.

Principios metodológicos

La elaboración de proyectos, evidentemente no es una tarea fácil, desde el comienzo de su estructura es importante considerar: claridad, pertinencia, justificación, alcance y como parte de su estructura la organización operativa y el presupuesto.

Se requiere también tomar en cuenta los procesos de evaluación del proyecto para garantizar que cada etapa de su realización se desarrolle de manera eficiente, cumpliendo los objetivos planteados.

“En el caso particular del proyecto Ingenios Culturales, se buscó generar una comunidad de sujetos que dialogaran, interactuarán y dieran cuenta del desarrollo territorial con estrategias innovadoras y sostenibles donde la valorización de los activos culturales y el reconocimiento de prácticas locales estuviera presente”.

La importancia de establecer un objetivo general fue primordial para no perder el rumbo y definir etapas y funciones claras de trabajo. En esta ocasión se buscaba promover procesos de generación de ciudadanía sustantiva en torno a los espacios públicos, teniendo como medio el arte y la cultura, para contribuir en las políticas de intervención y mejoramiento urbano en función de la prevención de las violencias y las delincuencias.

Para ello, se estructuro un conjunto de actividades que combinaron recursos humanos, materiales, financieros y técnicos con base en presupuestos bien definidos y periodos determinados de trabajo.

Uno de los elementos más importantes que se plantearon desde el inicio fue la definición de indicadores cuantitativos y constructos cualitativos que permitieron el adecuado seguimiento y verificación de los resultados, ya que a partir de ello se integraron las evidencias para transparentar el proceso, realizar las inversiones presupuestales de manera correcta y comprobar que todo lo que se decía que estaba bien hecho, realmente era así.

Otro elemento y no menos importante, fue la construcción de afectividades entre los miembros del equipo, lograrlo desde el inicio, permite que cada una de las etapas se desarrolle en un ambiente sano y con esquemas de apoyo solidario muy claros.

Las ventajas de documentar el proceso de implementación de la metodología de ingenios culturales, ha sido la replicabilidad del proyecto en otros territorios, una comunidad empoderada y autogestiva, un reconocimiento internacional y la posibilidad de continuar adaptándose a contextos y circunstancias diversas.

En este sentido, ponemos a disposición y consideración del lector la metodología de intervención utilizada para esta práctica exitosa, con la finalidad de que sea una información referencial para revisar, reflexionar, ajustar, modificar y diseñar la propia, de acuerdo a las características de su propia iniciativa, así como de las intencionalidades que se buscan desarrollar.

Puntos clave y procesos de gestión

Previo a implementar un proceso de gestión para llevar un proyecto a la consolidación de una buena práctica, debes asegurarte tener, de manera sólida, seis elementos clave:

  • Cuentas con objetivos claros y sabes que al cumplirlos fortaleces tu proyecto y cuentas con la posibilidad de establecer acciones de mejora.
  • Tienes bien definida la duración de tu iniciativa y de cada una de sus etapas.
  • Existen liderazgos claros y funciones en el equipo de trabajo.
  • Tienes asignado un presupuesto para su desarrollo.
  • Cuentas con un primer diagnóstico que justifica su ejecución.
  • Tienes detectadas necesidades concretas que pretendes solventar.

Si tienes estos elementos, entonces es momento de iniciar un proceso de intervención territorial e involucramiento con la comunidad donde se desarrollara el proyecto, para diseñar una base social que lo sostendrá de mayor crítica y reconocimiento.

Para ello es indispensable realizar cuatro procesos de gestión orientados hacia la conformación de cambios sociales, al desarrollo del  bienestar de las personas, al fomento a la creación, la expresión y el acceso artístico y cultural de las comunidades, los cuales son:

Cuatro procesos de gestión

Intervención inicial del espacio público

Entrar a un espacio público o intervenirlo, nos lleva a pensar en cualquier forma de hacerlo; el ambulante que se sienta en la vía pública a vender, está interviniendo el espacio público, del mismo modo, el indigente que se apropia de un pedazo de vereda para vivir y el dibujante que toma los parques para retratar, están todos interviniendo el espacio público.

Todas estas formas no conscientes de intervenir el espacio público difiere precisamente de la que se propone por parte de la ejecución de un proyecto cultural en el que la intervención es completamente consiente, sistemática y organizada, porque responde a objetivos claros y concretos, siguiendo los siguientes pasos:

Primer paso. Se diseña y realiza el levantamiento de sondeos de aproximación comunitaria, donde se cuestiona a la población sobre el entorno sociocultural del espacio público, la percepción sobre la seguridad social en su comunidad y las actividades de ocio, recreación y culturales que realiza de manera cotidiana.

Se desarrollan entrevistas semiestructuradas a actores claves, con la finalidad de profundizar en el conocimiento y las afectividades de  la comunidad.

Una vez sistematizada y analizada la información de los sondeos y las entrevistas se discute el marco conceptual, contextual y territorial del espacio público que se desea intervenir y se construye el Plan Emergente de Intervención Integral como documento base para estructurar y fundamentar el proceso metodológico del proyecto.

El Plan Emergente de Intervención Integral deberá contener entre otras cosas: registros, archivos o crónicas. Información estadística asociada a indicadores sociales, como: edad, raza, sexo, estado civil, escolaridad, educación, ingresos, densidad poblacional, patrones de organización social, entre otros, para inferir los problemas y necesidades de los miembros de esa comunidad.

Segundo paso. Se realizan recorridos a los espacios públicos que se desean intervenir y se registra lo que a modo de infraestructura encontramos, es decir el número de viviendas (lotes, manzanas), espacios de recreación, locales de las organizaciones de base y describe el estado en el que se encuentran; con la finalidad de que a medida que avanzamos en el recorrido, se va construyendo un mapa de recursos con los que podremos contar en el proceso.

El mapeo es de mucha utilidad no solo porque permite precisar la ubicación de la comunidad sino porque los primeros recorridos llevan a entablar los primeros contactos con actores relevantes, y a su vez se establecen procesos de confianza que permiten una apertura para la intervención socio cultural que se pretende desarrollar.

Es importante enfatizar que estos 2 primeros pasos pueden ser aplicados de manera secuencial e interrelacionada.

En este proceso se presentan dos características principales de la metodología:

  1. La intervención inicial del espacio público se desarrolla conforme se va levantando los sondeos de aproximación comunitaria y las entrevistas semiestructuradas, ya que las acciones de intervención cultural se pueden ir elaborando en la medida que avanzamos en la recopilación de información y la definición de problemas sobre los cuales se pretende trabajar y pueden replantearse en la medida en que los datos recogidos lo refieran.
  2. Se pueden incorporar hallazgos que no se habían previsto. Con ello contribuimos a reforzar las acciones en beneficio de la comunidad, ya que buscamos dar respuestas a los desafíos que se presentan conforme avanza la implementación del proyecto a nivel territorial, donde se vislumbra la transformación de una realidad que impulsa cambios futuros.

Tercer paso: Se realizan acciones socioculturales de primer contacto, es decir se desarrollan en el espacio público actividades que fomenten la curiosidad de la comunidad como son: presentación de payasos, caravanas infantiles, grafiti comunitario, presentaciones de hip hop, entre otros. Todo ello con el afán de anunciar indirectamente que el espacio público será utilizado y activado para la comunidad.

Contexto y viabilidad del proyecto

Como parte de los procesos de gestión que deben implementarse para la aplicación de la presente metodología, es el poder reconocer como actores de cambio el entramado político, social y técnico que se construye entorno a la implementación del proyecto, con el propósito de gestionar adecuadamente las acciones de intervención comunitaria que se desarrollarán en el espacio público.

Con base en lo anterior es importante considerar:

Viabilidad política

Se refiere al conjunto de fuerzas que apoyen la propuesta. Para lograr lo anterior hay que construir una red de alianzas y apoyos con los sectores significativos. Si se logra que las autoridades locales, los profesionales y técnicos del lugar así como los actores sociales y educativos se adhieran a la propuesta, a través de la discusión y la búsqueda de acuerdos, su viabilidad política será alta.

Viabilidad social

Se entiende en términos de no encontrar resistencia en las creencias, actitudes, costumbres y expectativas de los grupos de población que de un modo u otro intervienen en el desarrollo del proyecto. Lo cual se logra promoviendo su participación a través del empoderamiento.

Viabilidad técnica

Estará basada por un lado en la pertinencia y coherencia de la propuesta, es decir en la adecuada explicación del problema y las líneas de acción acordes a la explicación y por otro lado en la idoneidad de los profesionales, talleristas, promotores y gestores culturales responsables de llevar adelante las actividades, así como la de organizaciones con las que se hayan hecho alianzas, y también las disponibilidad del equipo, materiales, infraestructura, insumos requeridos para llevar a cabo las acciones.

Se deben diseñar acciones integrales de intervención comunitaria que incidan en los siguientes aspectos:

  • Desmitificación de políticas represivas: criminalización de grupos y territorios como peligrosos y sospechosos colectivamente.
  • Mediación de la percepción social de inseguridad.
  • Disponibilidad y accesibilidad del espacio público.
  • Otorgar un valor agregado al espacio público.

De espacio público a espacio ciudadano

La presente metodología considera como elemento central la cultura, poniendo en práctica los conceptos de autonomía, identidad, acción participativa y cultura de paz, con el propósito de contribuir a la sustentabilidad de la iniciativa.

El modelo que se plantea posibilita el acercamiento de las instituciones con la ciudadanía, especialmente con el municipio, en sectores socialmente vulnerables y con marcadas desconfianzas hacia el Estado y sus expresiones locales.

Planteamos la posibilidad de hablar del espacio público como un espacio ciudadano, pues es en el territorio donde se analizan las posibilidades de transformación social y comunitaria, a través de mecanismos de innovación cultural y nuevas formas de participación ciudadana.

Todo lugar debe generar y disponer de espacios públicos de calidad, de uso libre y cotidiano donde esté garantizada una convivencia respetuosa, donde participen todos los grupos sociales sin discriminación.

Hablar de la manera en cómo se fue estructurando el proyecto de Ingenios Culturales, constituye una acción innovadora que no sólo pretende mejorar, intervenir o impulsar espacios públicos en colonias, municipios o lugares populares, sino también disminuir las fuertes desigualdades territoriales y urbanas que existen, las cuales son generadoras de diferentes prácticas de exclusión social. Nos hemos caracterizado por la originalidad de un diseño que involucra a diferentes actores gubernamentales y sociales. Se trata de una inversión pública que se realiza con procedimientos diferentes a los convencionales, ya que consiste en promover nuevas formas de organización comunitaria, como componente fundamental de la corresponsabilidad.

El tercer proceso de gestión consiste en trabajar de manera transversal el término de espacio público como espacio ciudadano, con el propósito de construir comunidad y ciudadanía.

Para ello es necesario consolidar un equipo de trabajo integrado por promotores, gestores, administradores, talleristas, pedagogos, psicólogos y trabajadores sociales que sean capaces de implementar acciones culturales de carácter integral para fortalecer en la comunidad los siguientes aspectos:

Identidades locales: Se considera como un elemento clave de intervención la reconstrucción de la memoria histórica de la comunidad. En ese sentido, los elementos culturales locales son considerados al momento de establecer las estrategias de intervención en el espacio público, sin que esto limite la replicabilidad de la experiencia.

La manifestación de la identidad de los actores sociales que participan de la intervención también resulta clave, por cuanto la recuperación participativa del espacio público requiere que tal identidad quede reflejada en el diseño y uso del espacio público, en aras de hacer posible el empoderamiento, la utilización y la mantención del espacio, de forma sostenible.

Es importante señalar que la metodología se origina y sustenta en la inclusión como principio. De esta forma, se planifica y dimensiona la participación comunitaria, considerando las particularidades de cada espacio público y su población.

Participación comunitaria: Se tiene como base la participación comunitaria, la cual es vista como el proceso social en virtud del cual diferentes grupos y personas entorno al espacio público comparten alguna necesidad, problema o interés y viven en una misma comunidad, hacen del espacio público un lugar de encuentro, con la finalidad de ser visibles, escuchados y vistos en igualdad de condiciones. El espacio público se convierte en el espacio de la construcción, la reflexión, el aprendizaje y la integración.

Derechos humanos: El enfoque y la metodología es indisociable de los Derechos Humanos. De esta forma, la metodología debe promover la libertad de expresión y de opinión para hacer posible que el rediseño del espacio público –en todos sus procesos–, y la recuperación, constituyan elementos que gesten un sentido de identidad y pertenencia, ya que nada ha sido impuesto unilateralmente, sino por el contrario, ha emergido del reconocimiento, valoración y discusión de todas las ideas provenientes desde la comunidad en relación a la forma y fondo que ha de alcanzar el espacio recuperado.

Construcción de prácticas de ciudadanía sustantiva

El cuarto y último proceso de gestión que debe aplicarse para implementar la presente metodología se refiere a la construcción de prácticas de ciudadanía sustantiva, las cuales son entendidas como aquellas acciones colectivas, creativas, de movilización entre actores sociales, políticos y privados para la concreción de proyectos desde lo social y desde el propio ser.

El proceso de gestión se organiza en torno a dos componentes principales:

  1. Intervención integral del espacio público: Creación de afectividades y convivencia comunitaria activa

Con el propósito de implementar acciones que consoliden la intervención del espacio público se realiza la definición de talleres y actividades socioculturales que permitan el uso constante del espacio público y el acercamiento entre los habitantes de las colonias aledañas.

Consideramos que la creación y el desarrollo de afectos entre los individuos debe ser una constante para consolidar las acciones sociales, establecer vínculos para el desarrollo y fomentar la creatividad de la población.

Este momento es crucial para la transformación del uso del espacio público recuperado, puesto que el producto emerge fundamentalmente del tiempo y esfuerzo de la comunidad, lo que favorece el proceso de apropiación del espacio por parte de los vecinos, quienes lo hacen suyo generando el control social necesario para su mantenimiento y cuidado en el tiempo.

El proyecto Ingenios Culturales se distingue –a partir de su metodología– de otros proyectos culturales orientados también al mejoramiento de espacios, en tanto muchos apuestan por un enfoque unilateral en la búsqueda de soluciones a las problemáticas, no incorporan la participación de la comunidad en ninguna de las fases de intervención y mucho menos establecen una plantilla de promotores, gestores y animadores culturales como agentes clave para la formación de la comunidad, la transmisión de conocimientos y el fortalecimiento de habilidades que incentiven hacia el cambio.

Reconoce que la utilización y la manutención del espacio recuperado dependen del involucramiento de la ciudadanía en la intervención, por cuanto es ésta la que conoce el espacio público, pueda ser partícipe de su transformación y testigo del desarrollo de la comunidad y sus miembros.

El proyecto plantea la ecuación tiempo de ejecución v/s sustentabilidad, con un concepto de convivencia activa basada en la igualdad. Vale decir, la comunidad y el municipio estarán totalmente enterados de qué, cómo, cuándo y hasta dónde habrá disposición por un determinado espacio público a recuperar. Así, la variable a verificar debe ser siempre la participación comunitaria, asegurando que el empoderamiento sea total.

Para ello se diseñaron acciones basadas en la responsabilidad y en los modos de promover la organización y la participación colectiva, con el fin de lograr una sociedad cada vez más justa y democrática. 

Esquema formativo

Para dar cumplimiento al esquema formativo propuesto es necesario:

  • Tener un espacio con las condiciones óptimas para el desarrollo de las actividades que permita a los asistentes relacionarse de una manera más fácil con el proyecto.
  • Que todas las acciones pedagógicas promuevan actitudes y conductas que favorezcan los valores comunitarios, el respeto, la solidaridad, la inclusión, la solidaridad, la inclusión de género y la cohesión social.
  • Estructurar e impartir los talleres con la finalidad de brindar a los interesados herramientas básicas para aprender un oficio con el que pueda desarrollar acciones creativas para su beneficio y el de su comunidad.
  1. Definición y activación de Puntos Comunitarios de Cultura

El segundo componente es la definición y activación de Puntos comunitarios de cultura, para ello se ordena y sistematiza, de manera estratégica, la acción de los talleristas, promotores y gestores culturales que participan en el proyecto; se realiza la selección de espacios públicos estratégicos, a partir del análisis de la información plasmada en el Plan Emergente de Intervención Integral y se consolidan acciones de intervención comunitaria vinculadas al eje rector: Atención y seguridad ciudadana.

Una vez seleccionados los espacios públicos se debe:

  • Fomentar que los habitantes de la zona de influencia de cada espacio público contribuyan activamente a su rescate, a fin de que sean lugares seguros y gratificantes de encuentro, convivencia e interacción social.
  • Se requiere que las autoridades locales, en coordinación con sus instancias de gobierno, trabajen de manera articulada con la comunidad y, a partir de ello, generen propuestas que tengan como objetivo incidir en el mejoramiento de sus lugares de recreo y esparcimiento; y así favorecer la cohesión social
  • Promover la organización de los vecinos del espacio público a efecto de realizar diferentes tareas en materia de seguridad comunitaria.
  • Ampliar habilidades en la población usuaria de los espacios públicos que permita incentivar la gestión comunitaria, la formación de grupos, la administración de proyectos, el liderazgo de jóvenes, entre otros.
  • Programar cursos y talleres que contribuyan a que los grupos comunitarios de los espacios públicos fortalezcan la capacidad de gestión y planeación, incubación de negocios, emprendedores, así como la promoción de actividades de desarrollo personal y social.

Los espacios públicos se convierten en Puntos Comunitarios de Cultura, una vez que la comunidad se apropia de ellos, construye afectividades, consolida acciones en beneficio de sus habitantes y  son capaces de cuidarlo, mantenerlo, usarlo y aprovecharlo.

La meta final del proyecto es impulsar la creación de Puntos Comunitarios de Cultura donde  la comunidad se organice para pintar bardas, podar árboles, recoger basura, construir productos de uso cotidiano, desarrollar talleres y establecer un escenario más permanente hasta que el Punto Comunitario de Cultura funcione de manera autogestiva.

De esta manera, el personal que participa promueve acciones que vinculan a la comunidad con el espacio público  que, a su vez, crean Puntos Comunitarios de Cultura en los territorios más significativos, funcionales, accesibles y cómodos para reunir a la gente en torno al arte, la cultura, la creatividad, la memoria, la libre expresión y la palabra colectivizada, para su dignificación y humanización.

Evaluación del proyecto

Para poder obtener información útil de la implementación metodológica del proyecto, se requieren instrumentos que permiten valorar:

Procesos: Constantemente, como evaluación de proceso, se busca medir la variable “participación comunitaria”, a través del nivel de convocatoria y asistencia a los talleres que se desarrollan en los espacios públicos, si ésta no se verifica, no es posible avanzar hacia la siguiente etapa en la intervención, puesto que el proyecto se basa en la participación efectiva de la comunidad inmediata sobre el espacio deteriorado, y no el impacto del espacio recuperado sobre la comunidad inmediata.

Resultados: Se contrasta el registro realizado pre y post intervención, a partir del levantamiento de encuestas de aproximación, con objeto de dar cuenta de las transformaciones más visibles del proceso participativo de recuperación del espacio público, y que se evidencian a partir de la percepción que sobre seguridad tiene la comunidad.

Impacto: A través de entrevistas semiestructuradas iniciales y durante el desarrollo de talleres a diferentes actores de la comunidad, se monitorea el uso del espacio recuperado y la percepción que se tiene del trabajo desarrollado.

Esto es fundamental en tanto se recuerda que el impacto que busca el proyecto no es sólo el mejoramiento de las condiciones del espacio público, sino el empoderamiento vecinal de éstos, transformándose así su utilización y recuperándose tanto la significación como la función social.

Como información referencial se hace de conocimiento la matriz de indicadores aplicada, así como los resultados obtenidos, después de 5 años de implementación del proyecto:

Plan Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia

Resultados de Indicadores Cuantitativos

IndicadorValorUnidad de MedidaLectura del IndicadorFórmula
Porcentaje de población que asiste a las actividades culturales14.50%PorcentajeUn resultado de 14.50% en el indicador señala que alrededor de 14 de cada 100 personas en el Municipio de Temixco, Morelos se benefició del proyecto ingenios culturales cada semana. Si se toma en cuenta que el Censo de Población y Vivienda 2010 la población en Temixco es de 97,788 esto significa que aproximadamente 14 mil asistieron a los espacios públicos intervenidos donde se desarrolla el proyecto.(Número de personas en Temixco que asiste a las actividades culturales organizadas por Ingenios Culturales /Población total de Temixco) *100
Porcentaje de percepción de inseguridad en la población-89.52%TasaUna variación de -89.52%  por ciento en el indicador señala que la percepción de inseguridad en los 3 espacios públicos intervenidos disminuyó casi el 90% respecto al inicio del año, previo a la implementación del proyecto ingenios culturales.(Población encuestada respecto a la percepción de inseguridad en 3 espacios públicos intervenidos al inicio del proyecto/ Población encuestada respecto a la percepción de inseguridad en 3 espacios públicos intervenidos al final del proyecto)  *100
Asistentes promedio anual a las actividades culturales25RazónEl indicador señala que en promedio asistieron 25 personas por taller implementado en el espacio público durante el año.Número de asistentes / Total de actividades culturales

Resultados de Indicadores Cualitativos

Historias de vida de niños, jóvenes y adultos

Las Historias de Vida constituyen una metodología que permite reunir los acontecimientos más significativos de las personas. Para hacer una historia de vida utilizamos como principal herramienta la entrevista, a partir de la cual recuperamos la memoria y reconstruimos la percepción de la comunidad respecto de su contexto social, cultural, político y económico que les ha tocado vivir.

En el caso particular del proyecto Ingenios Culturales se trabajó con entrevistas semiestructuradas que después fueron sistematizadas con base en tres ejes primordiales:

  1. Percepción sobre el proyecto ingenios culturales.
  2. Percepción sobre la participación de la comunidad en el espacio público.
  3. Percepción sobre la seguridad ciudadana y la consolidación de una cultura de paz.

Percepciones

Sobre el Proyecto Ingenios CulturalesSobre la Participación comunitariaSobre la Seguridad ciudadana y cultura de paz
El proyecto ha permitido:  Que las personas manifiesten un mayor interés por participar.Brindar espacios para que los jóvenes se recreen.Que la comunidad tiene mayor respeto por la gente adultaExiste mayor integración de los niños y jóvenes para realizar deporte.Que la comunidad vuelva hacer uso de sus espacios públicosQue el proyecto se visualice como un espacio de formación para la comunidad.Se ha incrementado la participación comunitaria en los espacios públicos.Existe la inquietud de continuar con este proyecto como una alternativa para aprender oficios y desarrollar habilidades creativas.Se tiene una mayor integración vecinal a partir de los talleres que se ofrecen en el espacio público.Han surgido proyectos independientes para que la comunidad realice actividades de manera sostenible.Se ha logrado disminuir la percepción de inseguridad que se tenía entorno a los tres espacios públicos intervenidos.Existe mayor confianza por parte de la comunidad para salir a la calle y visitar los espacios públicos en horarios vespertinos.Se ha logrado que otras colonias y comunidades aledañas participen en el proyecto.La comunidad asume que el trabajo cultural es un agente de cambio para disminuir la violencia en el municipio de Temixco.  

Sugerencias Finales:

Estimado lector: la metodología presentada es sólo un ejemplo que dibuja el recorrido metodológico de un proyecto que le permitió convertirse en una práctica exitosa y replicarse en otros territorios.

Consideramos importante mostrarlo como modelo de gestión, con el propósito de que puedas centrar el interés en reflexionar y profundizar sobre aquellos factores críticos que inciden de manera determinante en su calidad como Buena Práctica. Cada vez más el término “buenas prácticas” se posiciona como principio válido de aprendizaje y referente fundamental para el diseño de políticas públicas, o en su caso, propuestas viables de financiamiento internacional.

Recuerda que cada práctica exitosa es distinta, sin embargo debe ser pertinente, con un diagnóstico y definición clara del problema que se quiere abordar; debe tener un nivel de intervención local, regional, nacional o hasta internacional; un carácter vinculatorio con actores, instancias o sectores específicos; debe ser incluyente y con la definición de población prioritaria que se desea atender; presentar objetivos claros y realistas, en relación con los resultados deseados y, finalmente debe ser sostenible y replicable.

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