[Leslie Andrea Ramírez Mendoza]

¿El turismo es un vehículo para el desarrollo?

Considero
que para responder esta pregunta es necesario hacer un ejercicio, rápido, poco
ortodoxo, pero muy simple, y es identificar cuál es tu respuesta inmediata, sin
pensarlo dos veces, sin tener un análisis profundo, sin hacer cruce de
información, basándome únicamente en mi experiencia y percepción sobre la
actividad turística, y desde luego, enfocada en el aprendizaje que a lo largo
de mi vida profesional he tenido, en mi caso, mi respuesta inmediata es sí, definitivamente el Turismo es un
vehículo para el desarrollo.

Ahora bien ¿Cómo le hacemos para que el turismo sea un mecanismo de desarrollo sostenible endógeno, local etc?

En mi opinión el Turismo se puede considerar una actividad “cascada” de los indicadores anteriores, desde mi percepción es indispensable entender que el turismo se traduce en la fusión del entorno económico, político, social y ambiental de una comunidad, es lo que en filosofía se conoce como el “concepto silla” es decir, no es necesario una definición rebuscada, tecnicismos complejos ni mucho menos un idioma específico para entenderlo, es solo una silla, la universalidad de la silla lleva per se el hecho de que su roll es brindar asiento a todo aquel que esté de pie, y que doquiera que veamos una silla en el mundo, sin importar que idioma hablemos, la familia de la que vengamos, nuestras preferencias políticas e incluso sexuales, sabemos que si está presente una silla en el entorno podremos sentarnos, bueno, para mí el Turismo es la silla en el desarrollo de una sociedad, es simple, universal y se vincula con un roll muy importante, traer “prosperidad” a todo aquel que lo practica.

Dicho lo anterior es clave entender la parte universal de esta actividad, es decir, conocer que es una silla, sin embargo, estamos dejando de lado detalles muy importantes de la silla, si, ya sabemos que es para sentarse, ya sabemos que nos puede dar un momento de recreación, descanso, una pausa, pero es igual de importante conocer, de que material está hecha, ¿es de madera? ¿quién la fabricó? ¿existen otras iguales? ¿cuánto tiempo es su vida útil? Bueno pues para mí, esto mismo sucede con el turismo, queremos lanzarlo al mundo sin entender particularidades que pueden sin duda alguna dictar el rumbo que tomará y que nos permitirán decidir si sentarnos o no.

Le hemos querido dar un roll “to the rescue” al turismo, ponerlo como alternativa o vía de salida a momentos catastróficos, en una sociedad, situaciones post guerra, post fenómenos naturales, el turismo entra al rescate con la promesa de una vida mejor.

Se planea, se piensa, se construye, se estratega, pero, ¿Por qué nunca se ha puesto a prueba?, es decir, lanzar un plan de turismo sin la promesa del paraíso económico, porque no lanzarlo con la conciencia de: vamos cooperando, vamos participando, vamos probando, y sólo y únicamente después de esta prueba aseverar si el Turismo efectivamente es lo que se necesita en una comunidad específica.

Finalmente concluyo que el turismo sí, es un vehículo para el desarrollo, sin embargo, la clave yace en entender primero el entorno, su situación analizar las características de la silla antes de decidir que es una buena idea presentarla al mundo para que puedan venir a sentarse en ella.

Ser consiente del entorno más allá de para buscar razones “para que se dé” sirve para encontrar vías y caminos viables y posibles para que el turismo pueda o no pueda tener lugar.

Si bien es cierto que efectivamente el turismo es un vehículo para el desarrollo, también es cierto que puede ser un vehículo para fortalecer la brecha de pobreza, diferencias sociales, elitismo y clasismo, creo fervientemente que con una planeación adecuada y la suma de aliados estratégicos en definitiva son más las razones para considerarlo a favor del desarrollo.